
Sabemos que el costo de la vida cada
vez es más alto, lo que significa que nuestros
gastos tienen una tendencia fija a subir de acuerdo a nuestro nivel de vida.
Por lo general no tenemos un plan
económico personal y tampoco tomamos en
cuenta como la economía va cambiando y para mantener nuestro nivel de vida, incurrimos
en deudas que no vamos a poder pagar con los ingresos que tenemos, lo bueno es
que podemos
reorganizarnos y procurar tener una economía sana.
De forma resumida les dejo
algunos pasos que personalmente me han funcionado:
Primero: Ubicarnos en nuestra situación económica real, hacer un
presupuesto de ingresos y gastos, y distribuir esos valores de forma tal que
nuestros gastos nunca sean mayores a nuestros ingresos.
Segundo: Ahorrar como mínimo un 5% de nuestro salario (lo
recomendado es un 10% – póngase esa
meta), hay muchísimas
cosas en las que podemos ahorrar para
llegar a ese 10%. por ejemplo:
*Disminuya la frecuencia con la que compra comida
en la calle – cocine más.
*Compre de manera inteligente, es decir
compre objetos y prendas que pueda usar
en diferentes ocasiones y pueda combinar de múltiples formas.
*Lleve control de su gasto diario en snacks
(Galletas, refrescos, papitas, dulces, etc.), se sorprenderá de que gran parte
de nuestro dinero en el mes se queda en este rubro, que además nos engorda.
Tercero: Sumar nuestras deudas e iniciar un plan para el pago de las mismas, tomando como prioridad las que tienen
mayores intereses.
Ya sé que está pensando como
ahorro si debo!!! Su ahorro debe ir fuera de su presupuesto de gastos!! Es su
paga personal, su seguro.
En este punto podemos optar por
un préstamo que consolide todas las pequeñas deudas para de esa forma efectuar
un solo pago quincenal o mensual según nuestro acuerdo.
Durante la ejecución de este plan evite a toda costa incurrir en
cualquier crédito, recuerde su plan es saldar deudas no incrementarlas.
Por ahora concentremos nuestra
energía en estos 3 puntos, en el siguiente articulo les comparto otros pasos a
implementar una vez nuestras deudas estén saldadas.
Debemos ser pacientes y ejercitar
nuestra fuerza de voluntad para evitar
desmotivarnos, tener la conciencia de que todo el bienestar generado por una
economía sana va a significar una mejor calidad de vida tanto para nosotros
como para nuestra familia, menos preocupación siempre es sinónimo de mejor salud.
Implantemos el consejo de Dios en
nuestra vida:
(“El rico se enseñorea de los
pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta… No seas de aquellos
que se comprometen, ni de los que salen por fiadores de deudas. Si no tuvieras
para pagar, ¿Por qué han de quitar tu cama de debajo de ti?”). Proverbios 6:1; 20:16; 22:7, 26-27
Siempre agradecida.
Dioris Féliz/
dioris_feliz@hotmail.com
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