Todas las empresas en desarrollo
normal de sus operaciones deben someterse en un momento determinado a un
proceso de cambio, a veces este proceso es asumido por la empresa como parte
normal de su planificación y su orientación al logro de sus objetivos, otras
veces por situaciones de competitividad, desactualización o perdidas se ven
obligadas a introducir cambios que reencaucen su crecimiento y les permita
mantenerse en el mercado de manera rentable.
Siempre un proceso de cambio va a
ser traumático debido a que implica un cambio en la actitud de los involucrados
por lo que este implica.
Cuando hablamos de un proceso de
cambios podemos incluir, cambios de estructura, actualización tecnológica,
automatización de procesos, certificaciones y todo lo necesario para que una
empresa determinada cumpla con el logro de sus objetivos.
Sin embargo, uno de los factores
más importantes para que el cambio sea lo menos traumático posible es la “Sinergia”
que se necesita del equipo responsable involucrado en el mismo, tomando
en cuenta que las personas son lo más importante en estos casos.
Según la academia
española de la lengua Sinergia es sinónimo de “cooperación”, también lo define
como: 1. “la acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de
los efectos individuales”. 2 . “Concurso activo y concertado de varios órganos
para realizar una función”.
Todo lo anterior implica
que la sinergia es sin duda el elemento más importante a la hora de establecer
un proceso de cambio, sin embargo ¿Logran todas las empresas la sinergia de sus
colaboradores? ¿Pueden inducirlos al compromiso haciéndolos parte del cambio?
¿Pueden informar e involucrar a quienes realmente vivirán el cambio?
“Cualquier
sistema que montéis sin nosotros será derribado. Ya os avisamos antes y nada de
lo que construísteis ha perdurado…”
