En principio me sorprendí y hasta me enojé, pero me detuve a
preguntarme que hubiera hecho si me estuviera desarrollando bajo las mismas
condiciones que aquella persona y la respuesta fue, es y será que probablemente
hubiera hecho lo mismo o quizás algo peor para poder en ese momento cubrir la
necesidad que se presentó, mi enojo naturalmente se fue y pude integrar lo que
pasó y aprender lo que hoy les comparto.
Solo puedo pensar en
que debe ser nuestra actitud a diario, antes de enojarnos, juzgar, discriminar,
excluir y todas esas acciones que tomamos cuando alguien sale de nuestros
esquemas detenernos y pensar que haríamos
si estuviésemos llevando el mismo zapato de esa persona, si nos tocara usar el
mismo traje.
Indudablemente la
respuesta será lo que nos permita ser respetuosos, tolerantes y empaticos con
todas las personas que compartimos a diario.
Nos vamos a encontrar
con gente alegre, abierta, honesta,
sincera, amorosa y también encontraremos los opuestos, gente enojada, herida,
bloqueada, deshonesta, con poco amor por ellas mismas o hasta un concepto
equivocado de que es amarse a sí mismo y el común denominador es que todas y
cada una de esas personas es el resultado de sus experiencias, de sus
vivencias, de lo que ha recibido y de la forma en que lo ha procesado e
integrado a su vida.
Nuestro trabajo es
sumar la empatía a nuestro día a día,
siempre vamos a tener el instinto de reaccionar para defendernos de cualquier situación
que vivamos, de juzgar, señalar, no se trata de que nos dejemos maltratar, la
tarea es detenernos, respirar y tratar la situación desde la impartía y el
amor, si nuestra reacción es primero siempre tendremos la oportunidad de
corregir el pensamiento o acción que hayamos tenido.
Personalmente es un
reto, reconozco que en muchas ocasiones la empatía no ha sido mi fuerte
pero pienso trabajar en ello hasta
lograrlo.
Cuando permanecemos consientes, despiertos, atentos, veremos que las respuestas están en nuestro interior,
es solo disponernos a emprender un viaje para superarnos a nosotros mismos un día a la vez.
Siempre agradecida,
Dios ha sido bueno!