NUESTRO NIÑO INTERIOR
En días pasados
hice una broma a una amiga, mi amiga se
murió de risa y mientras ella reía yo pensaba, que tan a menudo dejamos que nuestro niño interior salga de nosotros y provoque una situación de
alegría no solo en nosotros sino también en quien nos rodea, que ese niño luego
de haber sido ofendido, acusado, herido
pueda cerrar ese capítulo y levantar su corazón, dejándolo libre de discordias
y rencillas que al final solo dejan un saldo de amargura en nuestra vida.
Seamos niños
otra vez, recuperemos un poquito de la inocencia y sencillez que nos ha quitado
la vida, riamos por cualquier tontería, incluso riamos de nosotros mismos,
soñemos, imaginemos nuestro futuro con
ilusión sin dejar de vivir el presente con amor, trabajemos como si jugamos, como si no
necesitamos más que el placer de hacerlo, preguntemos sin vergüenza las cosas que no sabemos, al final nunca lo sabremos todo, seamos luz en lugar de oscuridad y
austeros con el enojo, con la ira y la contienda.
Sobre todas las
cosas guardemos nuestro corazón porque de él emana la vida ( Prov. 4:23).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario